Al borde del cráter del volcán Guanapay (Lanzarote) se encuentra el Castillo de Santa Bárbara. En principio se trataba de una simple torre ordenada a construir por Sancho de Herrera, que fue señor de la isla durante el siglo XV; pero hasta 1576 no se culmina la obra a mano de Leonardo Torriani que diseñó un auténtico castillo que serviría de refugio a la población de Teguise.
En 1586 el Castillo es destruido por un ataque pirata dirigido por Morato Arráez, por lo que posteriormente tuvo que ser reconstruído. Este navegante, conocido entre los suyos como Murat Reis, era un corsario otomano que con sus tropas berberiscas atacaron por sorpresa el pueblo de Teguise tomando muchos prisioneros para esclavizarlos además de realizar una masacre entre la población, donde todavía en la actualidad se encuentra el Callejón de la Sangre, lugar en el que se asesinó a civiles entre los que se encontraban mujeres y niños.
En el siglo XVII el Castillo pierde su importancia como fortaleza, ya que se construyen nuevas fortificaciones en el puerto de Arrecife para defender la isla. Desde arriba se puede contemplar una amplia panorámica de la isla, sin duda se trata de un emplazamiento muy estratégico, pero que no pudo evitar la llegada de los piratas hasta él.