El yacimiento arqueológico de El Carambolo fue descubierto de forma casual en 1958 durante unas obras en la colina de El Carambolo en la localidad de Camas (Sevilla). Lo que se encontró en un principio fue lo que se denominó Tesoro de El Carambolo, un conjunto de 21 piezas de oro con un peso aproximado de 3 Kg. El estudio de este descubrimiento se encargó a Juan de Mata Carriazo, Catedrático de la Universidad de Sevilla, que pronto dio un veredicto acerca de lo que allí se había encontrado: Tartessos deja de ser un mito. Con este descubrimiento y otras investigaciones que se realizan en localidades cercanas, quedaba probada la existencia de ese reino indígena en el extremo occidente del Mediterráneo del que hablaban las fuentes.
Sin embargo, con el paso del tiempo y las nuevas investigaciones, la idea de que El Carambolo pudiese ser la capital, o formar parte, del Reino de Tartessos quedaba desmontada. Las excavaciones que se hacen en la primera década del 2000 revelan que lo que se encontraba en aquella colina era un templo fenicio (siglo IX a.C.) con cinco fases constructivas dedicado a Baal y Astarté. Pero sigue quedando la pregunta sobre que era ese tesoro que se encontró. Las últimas excavaciones revelaron que el tesoro fue escondido por algún motivo en el basurero del templo, por lo que no desvelaron su uso. Las hipótesis más recientes opinan que puede tratarse de parte de la vestimenta ritual usada tanto por el sacerdote como por el animal a sacrificar.
Aunque actualmente son yacimientos separados, el templo de El Carambolo no puede entenderse sin la población a la que perteneció: Sevilla, o Spal en su denominación fenicia. Ambos yacimientos tienen intervisibilidad, es decir, desde uno de ellos se podía, y se puede, ver al otro, sin olvidar un aspecto sobre la geografía de aquel momento. Hoy día se puede llegar hasta la colina andando, sin embargo para el periodo que estamos hablando la comunicación era por mar, ya que Spal era un islote en mitad de un gran golfo que se ha denominado Lacus Ligustinus. Por lo tanto, la funcionalidad del templo de El Carambolo no era sólo como templo de Spal, sino también como punto de referencia para los navegantes que iban y venían de Oriente hacia Huelva y Cádiz.
Por último quiero denunciar la situación de abandono en la que se encuentra el yacimiento. Tras las últimas excavaciones realizadas a principios del siglo XXI, el yacimiento se soterró para su protección con la estructura de hormigón que observamos en las fotos. En esos momentos, dejar el yacimiento al aire libre era una insensatez puesto que por las características constructivas del mismo (muros de adobe) se iba desmoronando poco a poco durante el proceso de excavación y estudio. A día de hoy no es más que una estructura de hormigón abandonada, sirviendo de escombrera y de lugar donde realizar alguna que otra fiesta para seguir ensuciando tanto el yacimiento como la naturaleza.