En lo que respecta al estudio de los grabados rupestres, la isla de La Palma es bastante paradigmática. En los años 60 y 70 del siglo pasado los estudiosos sobre el tema afirmaban que los grabados estaban asociados con puntos de agua, ya que se basaban en estaciones como las de La Zarza, Buracas, Tajodeque o Fuentenueva, por lo que se trataba de un tópico que se ha visto erradicado a partir de los años 80. Un ejemplo de ello es la zona de Garafía, donde las manifestaciones están concentradas en las partes más altitudinales de esta vasta zona. A su vez, estos se asocian a caminos de van desde la costa a la cumbre que eran utilizados por los pastores hasta no hace mucho, que a su vez siguieron la tradición indígena.
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