Este lugar fue interpretado durante mucho tiempo como morada de las harimaguadas. Sin embargo, posteriormente y a través de la arqueología científica se ha descubierto que se trataba de un granero para el almacenamiento de alimentos, principalmente cebada y trigo.
El almacenamiento del excedente de producción era algo sumamente importante, por lo que las élites, gracias al control del mismo, se aseguraban su dominio sobre el resto de la sociedad. Por tanto, lo que vemos en esta imagen no es simplemente un granero, sino la imagen del poder de la sociedad indígena de Gran Canaria.